viernes, 16 de enero de 2009

NOS QUEDA EL AMOR

La enfermería sigue su curso. Ro, llorosa y tosiendo mucho, pero ya sin fiebre. El Rubiales con fiebre, 38,5. Hemos mejorado, ya ha bajado 0,5 grados. La Petarda 38,5. El cole no le ha sentado especialmente mal. Y la Parra con dolor de garganta pero sin fiebre. Se aclara el panorama. Se aclara si no fuera porque la Petarda ha vuelto coja del cole. Pero muy coja. le duele mucho un pie, producto de una caída. "Pues vamos al médico", le he dicho. "No, mira, ya no me duele" y ha apretado los dientes y ha andado sin cojear. Si le duele mucho, ya dirá que quiere ir al mñedico. de momento a ver que pasa, que uno no puede estar cuidando a los enfermos y en el hospital a la vez.

Lo más gracioso de esta sitación es que la Abuela, la vecina de arriba, con sus 91 años y que casi se muere la semana pasada, llama todos los días para interesarse y ofertar los servicios de su hija "que yo ya no estoy para nada, hijo, pero aquí mi hija que cuide de tus hijos y que deje a esta vieja sóla". Es un encanto y conmovedor el cariño que nos tiene. Y no siempre le correspondemos como se merece.

Hoy cuando he salido a por la Petarda al cole, me ha dado una sensación que todo el mundo está enfermo: en Peñíscola han pasado la enfermedad o la están pasando; en Benicarló una de las primas está enferma al menos; en la radio carlos Herrera está convaleciente; la locutora de Alicante de Onda Cero (por suerte porque es muy mala) también; en la calle la mitad de tráfico; en el colegio la mitad de alumnas; las profes de baja.... da la sensación que el mundo es una gran gripe que tenemos que tratar de esquivar.

Del trabajo hemos culminado una semana difícil con mucho éxito. Deber cumplido. Hemos aguantado los lloros de los clientes. los lloros y los cabreos. Ayer atendimos al gerente de una empresa a quien el banco le canceló la póliza de crédito, por el artículo 33 ( es decir porque le dió la gana al banco) y le exigió el cobro. El menda no estaba triste, estaba más que cabreado. Además para suavizar la cosa le comunicaron el cierre de la póliza el día 22 de diciembre, como para que se comiera el turrón a gusto en las navidades. No puedo reproducir ninguna de sus frases porque la mitad eran tacos. Le ha tocado hipotecar la nave industrial y su casa y esa era nuestra tarea. Yo ya no le preguntaba nada. Ya se que éste banco en noviembre y diciembre ha cancelado las pólizas de crédito de todas las empresas y todos los gerentes llevan el mismo cabreo cuando vamos. Mi misión, nada más llegar, es solidarizarme con él y dejarle claro que nosotros no somos el banco ("¡por Dios que gente, no tienen derecho!" les digo rápido), y que somos unas víctimas más como él y que somos igual de desgraciados. Nunca se sabe lo que te puede hacer un señor de éstos con el enfado que llevan todos.

Y el dinero que ha dado el gobierno a los bancos ¿donde está?. Porque ni yo, ni las empresas que vamos a ver todos los dias lo vemos.

Mi casa en crisis de salud; la ciudad en crisis de salud y económica; mi casa, mi ciudad y mi pais en crisis de salud y económica. Sólo nos queda el amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESO ES LO UNICO QUE VALE LA PENA: ¡¡¡ ANIMO!!!