domingo, 11 de enero de 2009

CHANTAJE EMOCIONAL

Hoy en la cena, la Petarda me ha sacado de mis casillas. Mientras el Rubiales se ha comido el mismo bocadillo que ella, el postre, el agua de Ro que rondaba por allí y cantaba de puro aburrimiento, la Petarda le daba dos mordiscos a su bocadillo.

Y he empezado con mi explicación, pausada y calmada más debido al cansancio a esas horas de la noche, que al estado de los nervios. "Mira Petarda, no tomas postre. Tienes que ser más rápida comiendo porque todos te riñen siempre: te riñe Chichi, te riñe la profe, tu madre y yo. Y no puede ser".

Como válvula de escape, me dice: "es que tengo pipi". Y vamos para allá y yo sigo con mi filípica de la rapidez comiendo. Y ella sigue llorando. Y me dice: "es que si no tomo postre no creceré". Y yo: "pues no crecerás. De todas formas si comes tan lenta no crecerás tampoco". Y volvemos a la mesa y sigo con el rollo. Y ella gime, portque ya ni llora. Sabe que tengo razón y que se lo he advertido. Y el Rubiales dice de cuando en cuando: "eso, eso, no crecerás ala".

Y mi rollo le colapsa su capacidad de razonar y medice con lágrimas en los ojos: "¿pero tu me quieres? Porque yo te quiero mucho y te doy besitos siempre". Le contesto: "pues claro que te quiero. Por eso te digo ésto. Porque te quiero. Tu eres mi pachica, ya lo sabes". Y continúo el discursete (que pesao soy por Dios, me doy cuenta ahora que lo escribo. Creo que mis hijos me harán caso sólo por no escucharme). Y ella insiste, llorando: "¿pero me quieres?Es que no me das besitos y yo a tí sí". Y entonces voy y le doy un abrazo y muchos besos. Se le acabó la pena.

Hoy ha estado el Padrino de la Petarda y le ha traido los regalos de Reyes a los enanos. Da gusto ver cómo se emocionan cada vez que se acercan el Padrino y Cleo. Se llenan de contento. Y me alegran porque se lo han currado que estos petardos les quieran. Con sacrificios hacen hueco para venir a verlos. Juegan con ellos y les quieren de verdad. Da gusto. Total, que en casa de los Padrinos a la Petarda le han traido un patinete superchulo rosa, con el que ya ha recorrido cinco kilómetros alrededor de la mesa de la sala de estar. Al Rubiales un coche teledirigido, que el Padrino y él ya se dedicaban a despeñar desde arriba de la mesa de la sala de estar (no se sabe quien es peor si el Rubiales o el Padrino) y a Ro un peluche. Pero es que Ro, sigue sin estar para ningún trote, blandita y con fiebre todo el día.

Y mañana cole. Y todos tan contentos. Y al Pau muchas felicidades que hoy es su cumpleaños.

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