lunes, 12 de enero de 2009

LA SUERTE DE LA PARRA

La Parra es una mujer con muy mala suerte. No sé si viene de origen, o es producto de juntarse con un portador del virus Nefando como soy yo. Yo ya no me altero, estoy más que acostumbrado. Pero la pobre Parra, esto de casarse con el virus Nefando va a acabar con ella.

Por ejemplo. Hoy he amanecido que al coche de la gestoría le han robado las cuatro ruedas. No una, ni dos ni tres, las cuatro. Los ladrones han tenido la delicadeza de dejar el coche apoyado en cuatro bloques de hormigón para que no sufra el chásis. Les estoy agradecido. Como portador del virus nefando, cuando me han dado la noticia, no he movido un músculo. No me he alterado. Simplemente le he dicho a Tovi, ponle otras y rápido porque como vean el coche así, nos lo van a desmontar entero. Ni siquiera he puesto la pertinente denuncia. ¿Para qué?. Da igual. Pero ya estoy acostumbrado: cuando uno no tiene curro en la empresa, se tiene que buscar un sitio donde seguir trabajando, sólo falta que a uno le quiten las ruedas. Gafes del virus Nefando.

Pero la Parra, lo tenía todo controlado. Mañana visita a Ikea, que lo necesitamos. Necesitamos cajas y compras varias. No es un lujo. Es una necesidad. Cambio de horario con Chichi. El trabajo se puede mover de posición, no hay problema. Todo está controlado. Pero no. La Petarda se ha acostado con 38,5 de fiebre; Ro con 38,7 de fiebre y el Rubiales con 39 de fiebre. Es la adversidad, la mala pata. Y lo digo con conocimiento de causa, que mis hijos no han tenido fiebre en todo el año, salvo Ro, que llevaba varios dias con fiebre, pero que no era obstáculo para poder ejecutar el plan.

¿Y entonces mañana qué? Pues ya veremos si pasan una buena noche, les metemos un chute de apiretal y los largamos al colegio, porque frente al ataque del virus Nefando está el antibiótico de no dejarse amedrentar por éste. Y para chulos la Parra y yo. Como dicen por ahí, "a través de los montes las aguas pasarán, es consigna que no ha de fallar".

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