SOBREVIVIR

El virus nefando se va extendiendo. A la Petarda le crecen los granitos conforme pasan los minutos. Cada vez más granitos. Ya parece una paella, la pobre. A mí me sigue picando todo mucho, especialmente mis posaderas, pero claro, vete tú a un médico a decirle: "oiga mi hija tiene varicela, y a uno, que es un poco raro, de tanto rascarse le han salido granitos". "¿Dónde?" Me preguntará muy serio. "En el pandero oiga" Y el tío fijo que se hecha a reir y se acaba la consulta. Pero mi honorable es mío, con granitos o sin él.


El Rubiales está feliz. Es un feliz con 39 de fiebre, adjudicable a los distintos virus que sobrevuelan por la casa, pero claro: éste a clase, salvo que mañana por la mañana a las 8,45 pueda certificar un estado febril de más de 38,5 y estado generalizado de clara decadencia. Vamos que, o está papilla para estar en la cama todo el día o al cole.


El frente opositor es la Parra que cuando lea esto va a poner el grito en el cielo. O quizá como está muy cansada, sólo exclame un "pobret, no pongas ésto, si está malito se queda en casa". Pero luego será la primera que a las 10,00 de la mañana me dira: "parece que se encuentra mejor. ¿qué no lo llevaremos al cole?". Pero ya sabeis que madres no hay más que una.


Y a Ro le están saliendo fealdades muy raras en la boca. Nos hemos percatado que Ro no está vacunada. Le he contratado una varicela para el día 22, a ver si repetimos el plan del año pasado, que no estuvo tan mal, pero no creo que tengamos esta suerte.


La Parrase encarga de cuidar a la Petarda en la distancia -por aquello del contagio-, ir a reuniones de vecinos para caldear el ambiente y hacer visitas y más visitas, que de las enfermedades no se vive.



Es lógico que al acabar el día el panorama esa este (a las 19,17 pm)







Y a la pobre Ro la he acostado sin cenar.... Me lo ha recordado con "suavidad" una hora después.



P.s. Y me sigue picando todo mucho.