sábado, 13 de diciembre de 2008

CASI ES NAVIDAD

Bajo el lema si la Petarda no sale no sale nadie, hoy hemos estado todo el día en casa. Sí todo el día. No había posibles combinaciones: no me podía ir yo, porque la Petarda y la Parra son incompatibles por aquello del contagio. No se podían ir la Parra con el Rubiales y Ro, por aquello de la prudencia. Ya sabeis que desde ayer y -como medida preventiva- hemos de ser prudentes. No se podían ir sólos los enanos, por aquello de conservar la patria potestad. Y no podemos dejar sóla a la Petarda, porque cuando se queda en la habitación sin Ro chilla como una loca: "¡¡¡ estamos solitos!!!", y por no poder no puede ni ir al llamado "cuarto oscuro", porque "hay malos". La preguntas que nos hacemos los padres es: "¿cómo es posible que se sienta sóla en 90 m2 conviviendo con 4 personas más?". Es uno de esos casos en los que uno hecha de menos una abuela, una Yaya o un tío que tener a mano para abusar de él un rato.

El día ha empezado de la peor forma posible: batalla a mordiscos y arañazos entre los dos mayores. Hora 7,05 am. Castigados cara a la nevera. El día prometía. Se ha enderezado bastante. Se ve que empezar con fuerza les ha serenado bastante. Y ha sido una balsa todo el día (balsa que se movía con fuerza cuando al Rubiales se le cruzaba la neurona esa loca que tiene haciendo esquí en su cabeza), pero ha transcurrido con calma y divertido. Hemos empezado a colocar las cosas de Navidad.


Para colocar las cosas de Navidad conesos locos bajitos hay que tener mucha, mucha paciencia y mucha imaginación. El árbol lo hemos montado entre la Petarda el Rubiales y yo, mientras Ro comía de manos de la Parra. Como una seda. Antes de comer hemos decidido escribir la kilométrica carta de los enanos para que los Reyes dejen en Valencia. Luego hemos comido y el Rubiales se ha quedado dormido encima de la mesa. ¡¡¡Está tan mono dormido!!!

A continuación todos a siestear, que en esta casa es hacer como que descansas sin lograrlo. Especialmente si a la Petarda le da por peinar a la Parra durante dos horas y sin piedad y encima le riñe como le riñen en su cole (por lo que parece): "si no te estas quieta ¡mamá!, te estiro del pelo". Da un poco de miedo oirle hablar así.

Y después el momento cumbre: la Parra, la Petarda y el Rubiales han colocado los adornos del árbol. El asunto ha terminado como el rosario de la aurora. La Petarda y la Parra venga a poner bolitas y el Rubiales quitándolas y se las volvía a dar a la Parra. Cuando la Parra llevaba 300 bolas de navidad puestas ha decidido dar por concluida la decoración del árbol, porque no tenía fin.

El Belén lo hemos dejado para mañana. Hemos de pensar los mecanismos anti Ro para que consiga aguantar al menos 24 horas entero. La Petarda ya tiene el encargo de poner de pié las figuras que los otros dos tiren (porque caerán). Pero es lo que tiene negociar con estos locos; ya sabes lo que te toca.

Y mañana más de lo mismo, pero con un poco menos de paciencia. Esperemos que una buena dormida nos llene el frasco de la paciencia.

Y ahora tranquilos a intentar ver el derbi. Esperemos que gane el que mejor juegue a fútbol.... No puedo comentar más ya que la Parra es del Madrid y el que suscribe del Barcelona, y si queremos paz, tengamos respeto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Esperemos que gane el que mejor juegue a fútbol" Santa palabra. Así fue

Anónimo