viernes, 1 de enero de 2010

FIN DE AÑO

Estas Parramanchadas van con un día de retraso. Pero bueno vamos al lio. Hoy cuento lo del 31 y mañana ya veremos. Por que lo de ayer no tiene desperdicio.

Día 31. Champú hace el día 4º con fiebre. Y le duele un oido. Toca médico. En mi fuero interno ya contaba con que nuestra pediatra tenía turno ese día por la mañana y que si llegaba pronto sería atendido por rapidez. Así que, con estas premisas a las 9,15 salimos por la puerta de casa Champú (la enferma), y Ronron y el Bicho como acompañantes de la enferma. Todos contentos y entusiasmados. Después del médico nos iremos de compras navideñas que nos lo pasamos muy bien. Si se tercia, dejamos a Champú en casa que está más bien potrosilla y nos iremos los dos locos y yo de compras.

Llegamos a nuestro centro de salud. Mucho sitio para aparpar "jo, que bien he acertado, no hay nadie". Y mirando un poco más en detalle, me doy cuenta que el motivo de la ausencia de gente es que el centro de salud está cerrado. Y en la puerta muy graciosamente puesto un cartelito que dice: "Para atencion urgente tienen que ir al PAS que está la calle laotrapuntadelaciudad. Siempre he querido saber que es lo que significa eso del PAS que suena muy bien.

Total que sin descabalgar de nuestro burro mecánico que es nuestra camioneta y después de preguntar donde está la calle laotrapuntadelaciudad y descubrir que efectivamente está en la otra punta de la ciudad nos encaminamos para allá.

Consigo aparcar en frente del PAS. Se reconoce porque a parte de las consiguientes señalizaciones de la Consellería de Sanitat, tiene un cartel megagrande que dice: "Punto de Atención Sanitaria" es decir PAS. Duda resuelta. Llegamos los cuatro, Champú ciertamente maltrecha. Son las 9,35. Me dan número y me advierten: "tiene el 24 chille preguntando quién tiene el 23 para saber detrás de quien va, que el avisador de números de va". Esto es recursos en pleno siglo 21. o está mal. Los maltrechos abuelitos que esperan turno en el PAS flipan al vernos entrar. Pero pusieron los ojos como platos cuando Ronron y el Bicho se pusieron a jugar a "a que no pillas" por toda la sala de espera. Chillan, corren y se rien mucho. Cuabdo el asunto empieza a tomar tintes de tragicomedia decido organizar un recital de villancicos, que el tiempo navideño invita. El recital consiste en que yo canto flojito y los dos locos bailan y se rien, mientras Champú susurra "me duele mucho el oidooooooooooooooooooooooo, vamonos a casa". Van entrando muy lentos los pacientes. A uno le pregunto: "soy el número 18". Me quedan 6. En el ambiente empieza a flotar un cierto tufillo que me recuerda la necesidad de cambiar el pañal de Ronron. Eso significa irnos todos al coche donde tengo el material pazra practicar la limpieza culil. Allá que nos vamos. Champú y el Bicho sentados en la acera, mientras procedo a la honrosa labor de descaquear al Ronron en el asiento del copiloto. Ya tenemos mucha maña en esta tarea en ese lugar. Lo hacemoscon rapidez. Volvemos a la sala de espera. Ya son las 10 y 25 y parece las rebajas de un centro comercial de la gente que hay. Pero a los dos enanos les importa un bledo. Siguen con su marcha. Y la gente les mira con cierta simpatía. Menos mal. Champú insiste por lo bajini: "¿cuando nos vamos a casa?" Y yo le reclamo paciencia. Y jugamos. Y nos toca.

Entramos los cuatro en la consulta. La médico me mira un poco alucinada. Champú se sienta en el lugar del paciente. El Bicho y Ronron se dedican a abrir los cajones y estanterías que tienen a mano a ver que roban. Le explico las dolencias de Champú. La doctora me mira a mí y sobre todo a Champú como si fuese una extraterrestre. Hace amago de examinarla y en lugar de eso me dice: "yo soy de medicina general. No tengo ni idea de pediatría y no hay pediatras en el PAS. Tienes que ir al Hospital. Además al hospital que te toca (en la otra punta de la ciudad)". Son las 11 y 18 minutos. Le pregunto a la doctora: "¿y por qué no lo han dicho al llegar?". "No lo se" me contesta la Doctora con una sonrisa de esas que significa "y a mí ¿que me cuentas?".

Nos vamos a nuestro vehículo de traslado. Al Hospital. Champú pregunta si ya vamso a casa. "No cariño, vamos al Hospital a divertirnos un poco". A los inconscientes del Bicho y de Ronron les importa un bledo: están fuera de casa y cambian de escenario. "Será divertido" piensan. Cantamos villancicos de CD más amortizado en la histora de los Cds (le debemos haber dado ya a estas alturas unas 20 vueltas).

Llegamos al Hospital. Son las 11,42. Damos parte de llegada y nos envían a la sala de espera donde están todos los maltrechos de la Provincia. Los enanos empiezan con sus correrias y sus chillidos. Veo a un chaval perjudicado con su madre, grande de unos 15 años, pero no excesivamente perjudicado y llamo a los enanos y les explico: "mirar al chico de allí. Si gritais, o hablais alto, al niño se le hace grande la cabeza y si le crece mucho explota". Lo digo muy alto para ver si el chaval me ayuda en el control de las gamberradas. El Bicho prueba, porque todo lo tiene que probar y habla en voz muy alta. El chaval pone cara de crecerle la cabeza y yo le digo con cara de muy preocupado al Bicho: "¡¡Bicho, callate!!. Mira el nene como le crece la cabeza. Le va a explotar". Mira el Bicho se acerca y se aleja conrapidez de él, confirmado el crecimiento de la cabeza. Comienza a jugar con mucho silencio y cuidado. Al cabo de un rato sube el tono de la voz y el chaval repite la operación de cara de crecimiento de cabeza, yo aviso al Bicho y preocupación en su cara. tenemos los juegos controlados. Champú pregunta: "cuabdo me toca?". Son las 12,10. Ya hemos renovado toda la sala de espera. Debemos ser los siguientes. Y efectivamente nos llaman. Para clasificar nuestra gravedad antes de llevarnos a pediatrís. Si lo de Champú fuera muy grave, ya daría igual. Somos clasificados de muy urgentes gracias a los 38,7 que acredita Champú. No significa nada pero consuela.

Ya estamos en la sala de espera de pediatría del Hospital. Aqui campo libre para los dos energúmenos que no han parado. Quieren marcha y se le concede. Miro a todos los pacientes para ver cuantos hay y cuanto tiempo de espera me toca. Veo a los que estábamos en la sala de espera general del Hospital y unos cuantos más.

Parece que vamos a ser los siguientes y por dar emoción al asunto Champú dice: "tengo que hacer pipí". Le digo: "esoerate que ahora nos toca". Pero el Bicho se apunta a lo de pipipear y con éste no hay negociación que se me mea en cuanquier esquina. Excursión de los ciuatro al cuarto de baño de urgencias. Es pequeño, pero nos tenemos que meter todos, que nuestros pipis en estos casos son muy comunitarios y nadie se quiere quedar fuera por aquello de los malos que les raptan o les hacen pupa. Y todo a velocidad cósmica que si te pasan tienes que esperar a que se vuelvan a acordar de tí ya que pasas otra vez a la parte baja del montón del listado de pacientes.

Saciadas las necesidades menores de los enanos, volvemos a nuestro lugar de espera. Y esperamos. Y nos atienden. Entramos a las 12,58. Doctora también. Le explico nuestro periplo sobre todo por el grado de locura de los dos sanos que ya a estas alturas han perdido cualquier respeto ambiental y les importa una friolera todo. Y sólo se rien con risa floja después de cada tontería. Examinan a Champú. está perjudicada. Nos la diagnostican. PERO!!!!!!!! Oh! Cielos, tienen que hacerle análisis de sangre y tenemos que esperar los resultados. Dice la doctora: "es que la veo muy floja y me preocupa". Y yo: "es lonormal cuando se sale a las 9,15 de la mañana con media tostada, 38 de fiebre y le atienden a las 13 horas. Sólo quiere irse a dormir y con razón". "le haré los análisis". "Si no le importa sale a buscarme fuera de urgencias en el jardín, que los otros dos se me van a volver locos". "Lo entiendo le buscaré fuera, no te preocupes" . "gracias".

Salimos de la consulta y veo a unos papis con un nano que sé que han pedido analisis: "¿cuñanto tiempo llevais esperando?". "¿Nosotros?. Unos 45 minutos". Necesito intendencia. Son las 13,17. Llamo a la Parra que ya debe estar libre de Lulú y le pido que me acerque bebida y algo de comer para los sanos. Y nos salimos fuera a correr, Champú con una vía en un brazo que no se atreve a mover no sea "que se me rompa la cosa del brazo y se me caiga el brazo" sentada en el bordillo. Ahora el aspecto de Champú sí que es auténtico: brazo estirado sin atreverse a doblarlo ni un poco, blanca tirando a cera y susurrando aquello de ¿es ahora cuando nos vamos a casa?- Pero ahora a nuestra espera se añade la pregunta de los sanos que repiten cada 25 segundos (más o menos) "¿viene ya mamá?".

Son las 14,20. sale del Hospital la doctora que nos busca. Ya están los análisis. La Parra no ha aparecido. Entramos en la consulta. Los análisis bien. Me llama la Parra que ha llegado. Le digo que ya estoy dentro. Le quitan la vía del brazo. Salimos del Hospital. Son las 14, 42. Ya hemos sido atendidos. Besitos a la Parra que nos espera con las cosas solicitadas hace 1,20 horas. Nos vamos a comer a casa. Y Champú a su ansiado sofá.

No he encontrado otra forma más surrealista de pasar el último día del año.

No está mal. Eso que nos hemos ahorrado, ya que comprar, lo que se dice comprar, no hemos podido comprar nada.

Y hoy en Rojales. Ya os lo contaré. ¿Bien el primer día del año?.

Hasta mañana.

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