lunes, 2 de febrero de 2009

OTRA NOCHE TRABAJADA

A parte del virus Nefando, cuya principal portadora es la Parra y de la que ya hemos hablado algunas veces, en esta casa se ha instalado el virus de la gripe, de la pancha o yo que sé de qué, que va saltando de unos a otros y parece que siente bastante a gusto en la cabaña.

Todo empezó a las 21,30 horas de la noche. El Rubiales llora. "Ni caso", le digo firme pero inflexible en mi labor de padre no hay más que uno. La Parra que a esa hora ya ni es Parra ni es na de na, me hace caso, quizá llevada por su estado catatónico. A las 10,45 el Rubiales vuelve a llorar. "Ni caso, ya se callará" vuelvo a decir, intentando mantener cierta dosis de cordura en la familia por las noches. Pero como si padre no hay mas que uno, madre que os voy a contar. Allá que va la Parra y saca a un pobre enano hasta arriba de su propio vómito. "Glups!" pienso cuando la Parra lo saca. "Glups!" digo cuando me mira con esa cara que sólo el Rubiales sabe poner en ciertos momentos. Removido por los remordimientos me pongo a la tarea de limpiarlo, mientras él me explica: "estaba tumbadito y se me ha salido todo ésto por la boca y me molestaba". Mientras ejerzo de padre recomido por la conciencia, la Parra cambia sábanas, almohada, bajera, arribera, y de todo. Lo colocamos en la cama.

A las 12,15 vuelve a llorar. Esta vez, no me pilla y raudo acudo en su auxilio y consuelo. Se repite la operación. Segunda vez. Más sábanas, ya no hay bajeras, cojín de repuesto y ya conciencia de saber que la noche promete bastante. Misma operación a las 02,15. Ya no quedan ni sábanas, ni cojines, ni na dena. Toallas por todos lados. A las 6,00 ya duerme en nuestra cama. Y venga a "gomitar" como dice él.

A las 7,25 traslada su cuerpo a la sala de estar. Al sofá. Sólo lo ha dejado para ir a los bracitos de alguien. Apagado, churruscado, sin movimiento. ¡Qué pena da el pobre!. Además como es poca cosa en cuanto no come o "gomita" se queda en la mínima expresión.

A río revuelto ganancia de pescadores. La que se lo ha pasado pipa ha sido Ro, ya que tenía compañía y más libertad para moverse por la casa, ya que su cárcel habitual -en la alfombra entre los dos sillones - ha sido oficialmente clausurada para que no molestara al Rubiales. Y ha disfrutado de lo lindo.

En homenaje al enfermo ponemos una foto suya de ayer, con la esperanza que mañana sea un día mejor para él.


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