miércoles, 15 de septiembre de 2010

NADA QUE CONTAR

Hay días que no hay nada que contar. Todo se ha desarrollado como todos los días, sin nada que destacar ni que reseñar. La normalidad reina en esta casa.

Y es que ya conté ayer, que el estado de ánimo de la familia es la de espera esperosa para ver qué pasa el día 28. Ese día se decide nuestro futuro y el de otras personas (los Itos por ejemplo). Y es todo un "ya veremos", "según lo que nos digan", etc.

De trabajo también lo conté ayer, que tenemos un buen ritmo de encargos, pero un mal ritmo de sacarlos adelante, por unas pegas y otras. Este trabajo es así: de pronto tienes un montón de visitas, que todas se pueden hacer, tienes toda la documentación y los informes salen casi sólos, y otras veces donde parece que para sacar un encargo te tienes que pegar con el mundo entero. Y claro, eso se nota luego en los posibles nuevos encargos.

Y de los enanos tampoco hay nada destacable. Esta noche a las 00,15 Champú dormía en el sofá, el Bicho en la alfombra, la Parra en su cama y Ronron también en la cama de la Parra. Así que decidir irse a la cama es llevar a cada pájaro a su nido, con cuidado de que no se despierte nadie, pero con la contundencia para que no se vuelvan a levantar. Se tarda unos 20 minutos. ¿Y cómo se llega a esa situación?, pues no se sabe muy bien: sale uno que se acuesta en la alfombra sin decir nada (el Bicho); vas a a la cama y te encuentras a una ocupa (Ronron)... no se sabe muy bien, pero esas cosas pasan.

Y por hoy nada más. Mañana será otro día. Que os lo paséis bien. Hasta mañana.

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