lunes, 2 de marzo de 2009

DE PETARDA A CHAMPU

Este viaje a Torreciudad ha sido el viaje de la Petarda. O mejor de la ex-petarda hoy Champú. ha dado un salto de calidad muy importante. Ha sido el descanso de los padres, un apoyo. se ha portado como una auténtica señorita. Una señorita de tres años, pero señorita al fin y al cabo. De hecho, y en ésto estamos de acuerdo la Parra y yo, con ella nos podríamos ir al fin del mundo.

Hoy sólo quería contarles a sus amiguitas y a su profesora que ha dormido en un hotel y se lo ha pasado muy bien.

Por otro lado el rubiales ha pasado a ser el bicho definitivamente. Y mira que se cabrea cuando le digo Bicho, pero es que lo es. También la Parra y yo estamos de acuerdo en que con el Bicho muy lejos no nos iríamos, sobre todo por lo agotador que es. Tiempo tiene de mejorar, que sólo tiene dos años.

Y Ro sigue siendo Ro, pero única en su especie. Esa también tiene un tornillo haciendo esquí. está como una cabra. en eso se parece bastante a su madre.

El viaje de ida fue un infierno auténtico. En un momento dado la Parra, sentada en el asiento de en medio para tener control sobre la chiquillería, andaba desmelenada alargando brazos para todos los lados, mientras lloraban todos a una como fuenteovejuna. Por no ser negativos, el viaje de vuelta fue una gozada. La Parra, ubicada en el asiento del copiloto en la parte delantera, sólo tenía brazos para atender a Ro, que se quejó poco.

Y entre medias, las noches en el Hotel, las visitas a Torreciudad, las Misas (especial mención la que asistimos en la Capilla del Cristo Crucificado, donde dado el recinto se fue a freir puñetas el recogimiento que intentaban lograr los feligreses, cantando el Bicho lo que le daba la gana cuando le daba la gana. La Misa del domingo, ya en el Santuario, el ruido se diluyó un poco.

Del Hotel destaca que éramos los únicos clientes, junto con un grupo de tres personas más. Vamos que estábamos en familia. Y eso se nota. Al Bicho y Ro, que sólo querían ir a la zona de la barra y cocina a ver a los cocineros, les forraron a regalos de chupachups cada vez que asomaban la cabeza.

Y mucho correr por la explanada, y donde parábamos. y mucho reir. Ha sido una buena experiencia que tendremos que repetir.

Primera noche en la habitación. Observese que a pesar de ser las 10 de la noche, no existe sueño alguno.
En la galería de las Imágenes que han visitado Torreciudad. Aquí decidieron el Bicho y Champú hacer un concurso de canciones. Cada vez cantaba uno a una imagen que decidían ellos. Escuchar cómo cantan "tengo cinco ruedas en mi camión azul" a la Virgen y la cara que ponían los que por allí pasaban no ha tenido precio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay, qué bien me lo paso leyendo estas historias! Sólo espero que no haya habido problemas de cacas esta vez, con tanto tiempo en el santuario.