sábado, 25 de octubre de 2008

LA YAYA

Cuando vienen los Yayos siempre hay fiesta en casa. Especialmente con los enanos. La mucha distancia hace que cualquier tipo de visita de algún familiar, se convierta en un acontecimiento muy muy especial. Pero lo de los nanos con la Yaya y con la Abuelita, no tiene nombre. Y lo de la Yaya es especial.

La Yaya es un elemento que si no existiera habría que inventarla. Es una Yaya de verdad, de las que ya no quedan. Cuando le damos "el manual de instruccíones sobre los enanos (recordemos que la mayor tiene 3 años)" nos mira muy seria, como quien está atendiendo y asimilando toda la información y está dispuesta a ponerla en práctica. Cuando salimos por la puerta, hace lo que le da la gana. Pero lo que le da la gana en el sentido más literal de la expresión. Y los enanos felices claro.

Cuando he llegado a las 9,45 a la Torre, los enanos estaban comiendo cosas. ¿El qué? ¡¡¡Y yo que sé!!! cosas que la Yaya, cual maga, se saca de su chistera que es su bolso. Y en su bolso caben de las cosas más increibles. Pasan junto a la Yaya que está en la cocina y sin que el Rubiales pida nada, sale masticando un poco de "biscochito - magdalena" (para el rubiales los desayunos se dividen en biscochito - magdalena, cereales o galletas, algunos desayunos se componen de todo a la vez). Y con tanta fiesta los enanos felices.

Nos bajamos a la calle, nos arrepetujamos todos en el ascensor y observo que estan dándole a la mandíbula. "¿que comeis?" "Un secretito de la Yaya" contestan muy serios. Y claro ellos felices.

Parada técnica después de Misa y pecera en un bar, y claro, "shumo", cacahuetes y patatas. Ya son las 13,00 horas y aun no han dejado de masticar cosas. Y además promesas: ahora nos vamos a comprar un regalito al Rubiales (que fue su cumple) y a Pachica que le quiero. Y mis hijos felices.

Y al Yayo se le cae la baba con este trejemaneje de su mujer, que no para. Sonríe pensando "menos mal que estan los enanos, porque a este torbellino de señora es para dar de comer aparte", y claro el Yayo feliz y los enanos felices y la Yaya como una niña.

Comen. Macarrones. Plato de tirar de espaldas. Los movimientos de la tropa empiezan a ser un poco pesados, pero la alegría puede más y aguantan el tirón. Café y la Yaya saca un bombón de su chistera. ¿que renacuajo dice que no?. Y todos felices.

Visita a la vecina, que a los enanos siempre les da galletas. Y más locura. Y más risas.

Y llega la hora de cenar: lentejas. Nadie quiere lentejas. Arrojan la toalla como diciendo hasta aquí hemos llegado. Y la Yaya con mucha cara de preocupación mira a la Parra y le dice "Uy!. No quieren. ¿es que están desganados?"

5 comentarios:

Lisa dijo...

TAL CUAL! CLAVAITO, CLAVAITO!!!! Y ALGO MÁS HABRÁ CAIDO ANTES DE DORMIR, FIJO! SO CAPA DEL " CUENTANOS UN CUENTO YIAYIA"- ASI LA LLAMA LA PETARDA. QUE LAS LENTEJAS NO,(ES QUE ME "GUELE LA TRIPITA..." CON CARA DE CORDERITOS DEGOLLAUS)PERO PARA UNA CHUCHE MÁS SIEMPRE SE HACE UN HUECO (PRINCIPALMENTE SI VIENE DE LA YAYA).EL LUNES EN EL COLE, A DIETA "BLANDA". QUE CONSTE QUE COMPENSA (MI REINO POR UN FINDE CON LOS YAYOS)

Anónimo dijo...

Macho,
pero es que a quién le han gustado las lentejas de nano? Servidor se comía el chorizo y del resto se deshacía como podía. Eso así, con el tiempo me he convertido en un gran amante de los platos de cuchara.
Abrazo,
Utvirentes

Parramancho dijo...

con estos nanos, no es normal. Les enloquecen las lentejas (a mi puaj desde mi mas tierna infancia)

Lisa dijo...

abajo las lentejas!

Jaime GL dijo...

¿Tandesganaus?
Yaya... ¿que pregunta es esa?