martes, 9 de febrero de 2010

SIN DIENTES NI DENTISTA

Estábamos el Bicho y yo en la fragoneta a la espera de que abriera el Corte Inglés para aparcar e ir al dentista. Suena el teléfono. Es la enfermera de la susodicha que nos informa que la señora dentista ha ingresado en el hospital, por lo que no nos puede atender ni hoy ni mañana ni la semana que viene. Nos da cita para el 4 de marzo. ¡¡¡ni mas ni menos!!!. Se lo cuento al Bicho. Resignación. No podemos hacer nada más. Aguantarnos. Le vuelvo a llevar al cole y va fardando el Bicho que no tiene diente nuevo, porque su dentista está enfermita en el hospital.

La Parra sí que ha ido al dentista y le han quitado el juicio. El poco que le quedaba. Y la muela del idem también. Dolorida y como un quesito grullere. A este paso sólo va a comer sopitas, porque sus huecos van avanzando.

El tránsito de Lulú del bibe a la papilla de salado ha sido menos traumático de lo esperado. Pero de la fruta no quiere saber nada de nada. No hay quien se la meta en la boca. Cierra la boca con fuerza y ya ni llora, y si lo hace es con la boca cerrada para que nadie le meta una cucharada a traición.

Y nada más. Ah si! que Champú está muy emocionada porque el viernes vienen a casa dos amiguitas suyas para hacer un "picnic rosa" de esos que dan ganar de vomitar de lo pasteloso que va a ser todo. El Bicho y yo estamos pensando cómo sabotear el invento. Ronron no necesita pensar nada de eso, ya que lo saboteará sin más.

Y mañana más. Que por fín dejamos de crecer por dentro e incluso nos ha llegado algo de trabajito. Menos mal.

Hasta mañana.

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