Poco a poco, con los enanos con los Itos, la Lulú en casa y todo en orden, empezamos a coger el rítmo de trabajo y marcha normal. Despacito, con buena marcha y buen ánimo.
El bautizo, que ayer puse fotos, fue una pasada. Gracias a la madrina y a los muchos asistentes lo pasamos muy bien. Para los más pequeños fue un bautizo pasado por agua, ya que pasaron horas y horas en la piscina, disfrutando de los primos.
Buena experiencia. la pena es que las visitas pisciniles sólo se repiten con los naciminetos y bautizos y no estén más tiempo juntos. Pero como cada familia tenemos nuestras cadaunadas, todos pensamos que donde estamos es donde se lo pasan mejor nuestro hijos y los hijos de los demás. Es lógico.
Por lo demás nada más. Mucha humedad en el bajo, mientras que en la Torre están en la gloria.
Hasta mañana.
lunes, 17 de agosto de 2009
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