Nacido en Catarumia, es el menor de una familia de 25 hermanos, todos varones. Pronto descubrió su pasión por el boxeo, quizá debido a la necesidad de defenderse en un ambiente familiar excesivamente varonil. A los 14 años decidió que ya había recibido bastantes tortas por todos los lados y descubrió su vocación por la recolección de deudas, tanto con un banco como por una Caja de ahorros y comenzó un afán recolector de deudas que aún hoy conserva.
A su esposa la conoció en la ciudad de las flores, perdida en un habitat existencial, y cambió su regalada vida por compartir su existencia con un parramancho. Desde entonces, recorren las carreteras siempre despiertos, al menos él que es el que conduce.
1 comentario:
nos vemos el domingo, un abrazo
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