lunes, 29 de abril de 2013

TATO II

(CONTINUACION)

Ya con el ambiente más relajado los cinco nos ponemos a hablar de chorradas. Han avisado al SAMUR ese para el traslado. Me traen miles de papeles para firmar. En todos el final siempre era el mismo "queda el interado informado de los peligros que conlleva el traslado y asume la responsabilidad del mismo". Para responsabilidades estaba yo. Firmo los papeles.

La pediatra está empeñada en que Tato recupere la consciencia cuanto antes. Le da pellizcos, le mueve. Le cambian la vía que tiene en el brazo y le ponen uno "antiniños" que incluye el vendaje de todo el brazo para que no se lo arranque. Las constantes son contínuas: 100 de saturación de oxigeno en sangre y 89 de pulsaciones. Tensión perfecta. Pero no se despierta. Cuando le están cambiando la vía se revuelve luchando, pero sin abrir los ojos. "lucha eso es bueno" comenta la pediatra.

A las 11,00 empieza a llorar. No abre los ojos pero llora. Los médicos sonrien y comentan "este va a dar el viaje" Y me dicen: "ahora ponte a su lado. Es importante que te reconozca, para ver los daños".

Y me pongo a su lado y empiezo: "tato, hola. ¿que ha pasado". Y me contesta: "nooo". me vuelvo y les digo: "está bien. Esta es su mala leche habitual". "Papi, amonos" me dice. Y llora como un loco.

Llegan los del SAMUR ese (o como se llame, las ambulancias grandes que tienen UVI dentro). Toman los datos, me preguntan, me dicen que no puedo ir con ellos y les contesto que no, que yo voy con mi coche, per que no se preocupen, que si todo va bien estará todo el viaje llorando, que es lo suyo. "es un niño pesistente en el llanto".

Lo meten en la camilla. Yo a su lado. Siguiendo instrucciones trato que no se duerma, para que llegue al otro hospital despierto, pero se va y vuelve. El lloro es lejano, no es el suyo que trae de serie. Le cuesta abrir los ojos.

Lo suben a la ambulancia. ubo con él y le digo "ahora vas a hacer una viaje superchulo en este autobús. y cuando llegues estaré yo".

Le pido al médico un teléfono. Llamo a la Parra y le digo "al general". "Ya estoy de camino". "Espera en urgencias. Se ha despertado. Parece que está bien".

Cogo mi coche y salgo escopeteado al hospital general. Busco aparcamiento, lo encuentro a la primera, bajo y voy a urgencias.

Lo que queda de la Parra -cara desencajada de sufrimiento- está esperando en la puerta de urgencias con Carmen Murcia que ha salido de casa corriendo para llevarla. La ambulancia no ha llegado (me va a ganar a mí cuando tengo prisa!!). La Parra ha traido a Pocoyo. Importante. Yo voy con una bolsa blanca con el pijama del nano, ya que va en porretas desde que entró en el hospital. Tranquilizo a la Parra, pero se que el verlo será lo que le de la tranquilidad total.

En casa los Castelló se han hecho con el mando de la casa, esperando noticias, con el resto de los niños durmiendo.

Suena una sirena a lo lejos. "Es él" le digo a la Parra.

Llega la ambulancia y me piden que suba para tranquilizarlo ya que está llorando mucho. Subo y se calma algo. Se van la madre y el hijo a urgencias y yo me quedo con el papeleo.

Ya en el box, Tato parece que tranquiliza algo. "A casa, a casa" repite. Decidimos que se quede con él la Parra. Nos dicen que se quedará uno o dos días para ver cómo evoluciona. El médico con el Pocoyo le comprueba el sistema neuromotor, los reflejos e intenta tomarle la tensión. Está intranquilo, nervioso y con la cara aún pálida.

En un momento dado lo cojo en brazos para que se serene y me vomita encima otra vez. La Parra y yo torcemos el gesto, aunque como vengo de una lucha en el que lo iba a perder, me parece un mal menos que vomite. Después del vómito se queda como dormido otra vez.

Deciden llevarlo a la habitación. Observación. Se queda la Parra. Nos dicen que las próximas horas son las importantes. La Parra se hace fuerte en la plaza. No piensa moverse de allí (madre sólo hay una). Decido irme yo, que en casa quedan 4 que atender también. El niño duerme.

Me voy a casa. A las 6 de la mañana la Parra me va informando que no se despierta. A las 7 de la mañana empiezo a enviar waps a gente que se que rezará por el niño. Necesitamos un cordon de seguridad de oraciones que nos garantice que esto acabe bien. A las 9,45 me dice la Parra que el niño se ha despertado y que parece que está bien.

Llegan los Castelló a las 11,30 y me voy al hospital. Encuentro al niño sentado jugando con unos coches que le ha llevado Tovi al que he informado como padrino del niño.

Y es entonces cuando me relajo. Un batalla más, que gracias a Dios ha terminado bien.

Al día siguiente nos llevamos al niño a casa.

Y ¿como es posible que un niño que ha pasado lo que ha pasado el lunes esté como si no hubiera pasado nada? cada uno que piense lo que quiera....

La primera consecuencia de todo esto es un listado de telefonos de vecinos en la nevera por si vuelve a pasar, que quiera Dios que no haga falta.

Y por hoy nada más. Ni menos. Mañana será otro día. Hasta mañana. Ciao.

1 comentario:

la Ita dijo...

LAS ORACIONES, SOBRETODO DE LOS NIÑOS TODO LO PUEDE