Estos días no hay escapatoria. 24 horas del día muy intensos con los hijos. En un espacio cerrado.
Los nervios, cuando son muchos y se producen en un espacio pequeño (85 m2 para 8), se trasmiten a todos los habitantes y en todas las direcciones. Y nos afecta a todos. A mí el primero.
Frente a los nervios y las tiranteces, los gritos y los malas caras, sólo tienen un modo de calmarlos: paciencia. Pero mucha paciencia.
No hay otra fórmula. Atacar con más nervios, con más gritos, no es buena práctica.
Paciencia, saber aguantar y si es posible poner buena cara.
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