LAS TARDES

Las vuelta al cole son un horror. La culpa no es de nuestros hijos, sino nuestra. No hemos conseguido mantener durante el verano un ritmo más marcial, ha sido todo más relajado y ahora se paga tanta relajación.

Porque claro, este año somos uno más. Y llegamos más tarde. Porque hay que esperar el autobus del Bicho. Y no está Chichi, que ha sufrido el ERE mencionado hace dos meses y viene menos. Y hay que hacerlo todo más rápido, porque ya son tres los que tienen que hacer deberes.

Con éstas no tienen tiempo ni de respirar. Una cosa detrás de otra. Pim, pam, pim, pam, sin parar ni ellos ni nosotros.

Y llegan a la hora de dormir y se quejan: ¡¡¡no hemos tenido tiempo de jugar!!! Así es la vida.

Y por hoy nada más, Mañana será otro día. Hasta mañana. Ciao.