martes, 13 de septiembre de 2011

ALEGRES EN EL COLE

La de la puerta del cole me lo ha vuelto a decir. Cuando entran los niños en el cole, lo hacen corriendo y contentos, felices de ir al cole. Y asombra. Asombra porque es desde el primer día. "Nunca en mi vida y llevo muchos años, he visto a unos niños tan alegres y contentos. Están siempre felices".

Ante una afirmación contundente como ésta, dicha a las 9 de la mañana, cuando llevas 2 horas para intentar que desayunen a tiempo, que se laven los dientes, que se vistan, que se peinen y que salgan, de un modo ordenado. Cuando -decía- llevas dos horas de batalla, te dan ganas de decirle, "pues te los llevas a casa un día a ver qué opinas". Pero no. Obliga la frase común de cortesía: "sí la verdad es que de momento tenemos mucha suerte de que sean así. ¡Y que dure!". Para qué quitarle la ilusión a la señora.

En fin, como muestra un botón. Hoy Lulú se ha puesto celosa porque me he puesto a darle la cena a Patato y ha estado 55 minutos llorando, pero como llora Lulú, en tono superlativo. Pero ha pasado por el aro. Para chulos y cabezones sus padres.

Y el jueves reunión del cole. Está Champú muy nerviosa porque le voy comentando: "pues en la reunión voy a decir a tu profe...." y le digo una tontería. Y Champú sufre porque le da vergüenza ajena, y teme que su padre la deje en ridículo. Y padece. Y yo insisto. Y la Parra le dice, no le hagas caso, que luego papá en las reuniones se porta muy bien. En fin, cosas que pasan.

Y por hoy nada más. Mañana será otro día. Ciao. Hasta mañana.

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