Entre los lios de los trabajos y los nervios de los festivales no hay quien pare. En el coche cada uno quiere cantar su canción. Y se atropellan unos a otros. Y se enfandan. Pero al final cantan.
Mañana le toca a Lulú. Esperamos grandes lloros y nada más. Ya os lo contaremos.
Y por hoy nada más. Hasta mañana.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
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