LA MATACUCARACHAS

La escena fue de lo más cómica. Estaban a esas de la madrugada a la que los enanos de esta casa juegan, todos juntos en la habitación de las chicas. Todo discurría dentro de los berridos habituales, no muy exagerados, pero tampoco tenues. Vamos lo que se suele decir un tono que ni duermes ni dejas dormir.

Y de repente, la hecatombe, el caos: una cucaracha campaba tranquilamente por la habitación. Comienzan los berridos.

Y es, en el momento de la prueba de verdad, cuando uno se ha de enfrentar a solas con el asqueroso bicho, cuando sale el hombre/mujer que llevamos dentro; el auténtico/a.

Se oyen muchos chillidos y carreras. Decido intervenir. Importante garantizarme el éxito ante mi público.

Entro en la habitación y lo que me encuentro es de tebeo: el Patato en su cama; Ronron, Bicho y Lulú en la cama de esta última con la barrera como protección, chillando a buen recaudo; y en medio de la plaza, sin temor o al menos superándolo, Champú armada de escoba y recogedor haciendo frente a la vil cucaracha. Y en medio de la batalla, me dice: "le he dado la vuelta y no se puede escapar, pero hay que matarla".

Es mi Champú. La miedosa que superando su miedo, ha salido en defensa de los pequeños.

Es la nueva matacucarachas.

Moraleja: los hermanos, ¿con quién mejor que con Champú?

Hasta mañana. A pasarlo bien. Ciao.